 |
| via @engl1shtradcat (X) |
Recently, some individuals have abandoned the sedevacantist position and returned to the Novus Ordo Church. This article seeks to explain this phenomenon by examining the general causes of error and then applying these principles to understand why former sedevacantists have defected.
I. Truth and Error
Before addressing the causes of error, we must first have a clear understanding of truth and falsehood.
Truth is the conformity of the intellect to reality. For instance, when someone states that the sky is blue, this proposition is true because the intellect corresponds to the object.
Falsehood, on the other hand, is a false judgment of the intellect. If someone states that the sky is not blue or that it is red, the proposition is incorrect, for the intellect affirms or denies something contrary to objective reality.
II. The Causes of Error
Error has both logical and moral causes.
A. Logical Causes of Error
Logical errors originate from the natural weaknesses of our intellect, such as:
Hasty judgments: Forming conclusions without sufficient evidence or reflection.
Inattention: A lack of focus or concentration, preventing the intellect from apprehending reality.
Lack of memory: The inability to recall relevant facts or past experiences necessary for sound reasoning.
Ignorance: When the complexity of a concept, problem, or situation exceeds an individual’s cognitive capacity or knowledge.
The intellect is bound to assent only to what is evidently true, unless it is influenced by the will, which itself is moved by the passions. It follows, therefore, that in most cases error originates from moral causes.
B. Moral causes of Error
Moral errors, on the other hand, stem from the will, which desires the assent of the intellect on account of:
Pride: The unwillingness to admit error or accept truths that challenge their preconceived ideas and beliefs, and lead one to cling to false conclusions or reject evidence that contradicts their views.
Interest: The influence of personal gain, convenience, or ulterior motives leads individuals to rationalise falsehoods or avoid inconvenient realities.
Laziness: A lack of diligence or motivation to seek the truth.
III. The reasons for the defection of former sedevacantists.
In light of the principles outlined above, the defection of sedevacantists can generally be traced to the following intellectual or moral causes:
A. Rational or Logical Motives
Neo-novusordites often claim that their decision was made based on rational arguments, and not personal experiences. They argue that traditionalism would destroy the indefectibility, visibility, and apostolicity of the Catholic Church, so it cannot be true.
Thus, they are led to believe that the situation may not be so bad, and that we should accept the living magisterium of the Vatican II Church, seeking to understand heresy in the light of tradition and treating contradictions as a legitimate doctrinal development.
What are we to think of this approach?
These objections concerning indefectibility are valid. After all, we are bound to believe in a visible and hierarchical church, which cannot simply disappear from the face of the earth. There is only one institution claiming to be the True Church; therefore, it must be the Catholic Church, and the religion they preach is necessarily Catholicism, even if it may sound absurd, contradictory, and heretical, right?
This reasoning is flawed because it stems from:
Ignorance and Confirmation bias: Accepting evidence that appears to legitimise the Vatican II Church (e.g., claims of visibility or indefectibility) while disregarding contrary evidence demonstrating that it cannot be the true Catholic Church (such as heretical popes or evil disciplines).
Cognitive dissonance: Psychological discomfort arising from our inability to know certain facts (e.g., where the Hierarchy is), often leading to rationalisation.
Appeal to authority: Trusting Novus Ordo clergy as legitimate pastors despite evidence to the contrary.
B. Moral reasons
Sedevacantism has nothing to offer but the cross, and it often entails social and personal sacrifices:
- Losing friends or family connections.
- Facing ostracism or ridicule.
- Limited access to the sacraments.
- Difficulty finding a spouse or community support.
Returning to the Novus Ordo, by contrast, appears far more attractive, as it offers:
- Easy access to sacraments.
- Social acceptance and integration.
- Even potential financial or professional advantages.
Humanly speaking, there is a lot to gain by becoming a novusordite. These incentives can influence the will to reject unpleasant truths and embrace convenient lies.
*****
As a consequence of original sin, our intellect and will remain vulnerable to error. For sedevacantists, the true danger lies not only in rational arguments but in the subtle seduction of comfort, fear, and pride. As Scripture warns: ‘Be sober and watch: because your adversary the devil, as a roaring lion, goeth about seeking whom he may devour’ (1 Peter 5:8). Let us therefore remain vigilant and beseech God for the grace to resist every temptation to oppose the known true so that we may never be deceived by the seduction of a convenient but false path.
Make the most of your spiritual life with the CATHOLIC DEVOTIONAL GUIDE 2025
What's included:
🔎SEE ALSO:
✅ The Hermeneutic of Absurdity
✅The Mystery of Iniquity: A Commentary on 2 Thessalonians 2
.png)
This comment has been removed by the author.
ReplyDeleteLe refresco un poco la memoria respecto de otras causas de deserción, que le aseguro, son más impactantes en el ánimo de los «fieles».
ReplyDeleteAntes de volver al Divino Redil, tuve un paso de breves meses por una secta thucista/lefebvrista de la Argentina, la secta de los hermanos Espina. Por ende, llegue a conocer a quienes asistían, éramos un grupo de no más de 30/40 personas de los cuales no todos participaban en los sacrilegios de los Espina y compañía. Una vez fuera, al Sagrado Corazón de Jesús gracias, estos (los Espinas) recibieron una «donación» para construir una «capilla» y al poco tiempo dieron a conocer la noticia de que el menor de los Espina iba a «consagrar» obispo a su hermano mayor, habiendo otros pseudo-clérigos más capacitados y con más salud que éste. Esta decisión, argumentaron que fue producto de una reunión con la secta del veterocatólico de Pivarunas. Justo por aquellos días, salieron a la luz una serie de acusaciones gravísimas contra la secta de la sociedad secreta de Trento (México), la misma que posee lazos con la de Pivarunas y la de los Espina. Estas acusaciones giraban en torno al ambiente secretista, marcadamente masónico, pedófilo y secreto con que se mueven en dicha sociedad, manejada por el grupo masónico/secretista de Los Tecos. Para coronar dichos escándalos, en Trento le abrieron las puertas al pseudo-clérigo conciliar Isidro Puente Ochoa, el cual negó ser sedevacantista mientras que la sociedad secreta de Trento le aceptaba sus «títulos» otorgados por la Ramera Conciliar y las órdenes nulliter que éste recibió en ella. Acto seguido, salieron desde Trento a querer aclarar tal circunstancia, pero terminaron por oscurecer todo el panorama al hacer uso de términos ambiguos en sus declaraciones, otro rasgo que los hermana con la Ramera Conciliar. Pero aquí no se acaba esta novela tercermundista, dado que también salió a la luz el carácter sede-privacionista de los Espina.
[CONTINÚA]
[CONTINUACIÓN]
ReplyDelete¿Qué sucedió entonces con los «fieles» que fueron mis compañeros en la secta de los Espina? Como en toda secta, está la mayoría que defiende semejante circo romano, y algunos que les llamó la atención este oscuro escenario, propio de una secta de garaje antes que de la Esposa del Cordero. Fue entonces, que algunos se volvieron primero indiferentitas (que a donde te llevan estas circunstancias) en el sentido que al ver tal revuelo, concluyeron que esto era un aviso divino para dejar de poner las manos en el fuego por estos pseudo-clérigos, e ir simplemente a recibir sus «sacramentos» sin la participan comunitaria activa que venían teniendo, y luego pasaron a un indiferentismo cada vez más alto, hasta el punto de participar un día en la Ramera Conciliar y otro en la secta de los Espina, hasta que por último la Ramera ganó esta contienda. De un día para el otro, volvieron a sus antiguas «parroquias», a sus «actividades parroquiales» cotidianas, a rezar para que el «Espíritu Santo» interviniera en la elección del sucesor de Bergoglio, a compartir en redes sociales contenido de pseudo-clérigos de la Ramera y, tristemente, a tener una vida marcadamente mundana, incluso peor de la que llevaban antes de darse con la verdad objetiva de que la Sede Apostólica se encontraba vacante desde el 09-X-1958.
Es esto justamente a lo que llegan sus defendidas sectas auto-cefálicas, hijas de la anomia luciferina, de Focio, del veterocatolicismo, del jansenismo, del galicanismo y de todo lo que haga a un lado la Primacía Perpetua del Romano Pontífice. Estas pobres almas notan la marcada falta de unidad (conclavistas por un lado, sede-privacionistas por otro, un pseudo-obispo por aquí, un pseudo-sacerdote por allá), sociedades secretas que eligen a quien «consagrar» obispos, escándalos de los más turbios, el absurdo que envuelve estos grupos en especial a Thuc, su padre, del cual heredaron con creces su carácter cismático/herético ultra-modernista y hasta su demencia y simonía.
De un alma amante de Dios Uno y Trino a otra que también intenta amarle, DEJE DE DEFENDERLES, SALGA, Y VUELVA A LA ESPOSA DEL CORDERO, que hoy se encuentra en desierto sustentada en la Primacía Perpetua de Su Santidad Pío XII, hasta la gloriosísima venida de Nuestro Señor Jesucristo.
JOSÉ AUGUSTO CECCARELLI